Las personas que se encuentran en el ámbito universitario se hallan en una etapa del ciclo vital caracterizada como compleja, puesto que se asocia con la intención de resolución de conflictos y variados desafíos sociales. Además, en la sociedad del siglo XXI se han generado nuevas demandas y problemáticas, las cuales cada vez son más frecuentes, intensas y variadas que pueden llegar a activar ciertas respuestas que podrían llegar a ser perjudiciales para el bienestar humano. Asimismo, se debe tener en cuenta que el contexto universitario puede asociarse al surgimiento de enfermedades psicológicas producto del alto nivel académico que se le exigen a los estudiantes, puesto que las exigencias y desafíos propios de los establecimientos de Educación Superior son muy diferentes a las que se tiene en la formación escolar.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alrededor del mundo existen alrededor de 400 millones de personas que sufren de alguna patología de salud mental. A su vez según estudios realizados en Chile y en otros países han demostrado que los estudiantes universitarios han presentado un aumento con respecto a la presencia de trastornos mentales. Además de lo anterior, se ha observado que los individuos que son universitarios han presentado comorbilidades en salud mental, donde además los trastornos depresivos, ansiosos y de riesgo suicida han superado las cifras que se han observado en la población no universitaria.
La ansiedad se entiende como una manifestación de una emoción en donde la persona plantea sentirse inquieto, nervioso, tenso, con un gran temor o preocupación por diferentes motivos que pueden ser específicos o sin tener alguna causa en específico.
Esta patología puede manifestarse en forma de crisis del momento o como un estado el cual es persistente y difuso. Cuando esta se presenta en forma de crisis, se puede hablar de ansiedad adaptativa, la cual aparece como reacción a una situación de emergencia o que le genera preocupación, inestabilidad o la posibilidad de pérdida o fracaso. Asimismo, es considerada poco intensa, generando conductas adaptativas que le permiten adecuarse a los estímulos y no limita las posibilidades y libertades del sujeto que la sufre. Sin embargo, cuando hacemos referencia a un estado persistente y difuso, nos referimos a la ansiedad patológica, la cual es considerada trastorno de ansiedad, llegando a ocasionar graves sufrimientos psicológicos. Esta se presenta de manera profunda, llegando a interferir en el rendimiento de la persona, ya que, alterando la conducta adaptativa, desproporciona el estímulo e incapacita al individuo a resolver sus problemas.
Algunos de los síntomas son taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, alteraciones en la alimentación y del sueño, inquietud, agobio, sensación de amenaza o peligro, inseguridad, sensación de vacío, temor a perder el control. dificultad para tomar decisiones, estado de alerta e hipervigilancia, bloqueos, dificultad para actuar, entre otros.
¿Qué puede hacer si detecta algunas de estas señales? En primer lugar, es importante buscar ayuda profesional, validar lo que siente el individuo y sobre todo acompañar en este proceso. Además es importante no presionar a la persona si es que él o ella no quieren recibir ayuda, pero es importante acercarse a él desde su propia perspectiva y visión del mundo, es decir, valorar sus gustos e intereses de manera genuina. Cabe mencionar que la etapa universitaria, si bien es un momento complejo del desarrollo, si es bien acompañada por padres y profesionales puede convertirse en un etapa de prevención de futuros problemas de salud mental.
María José Arriagada
Alumna en práctica Cbiem/Universidad del Desarrollo