La ansiedad se puede entender como un estado emocional. Así como a veces nos sentimos contentos, enojados o afligidos, otras veces nos podemos sentir ansiosos. Al ser un estado, se entiende que la ansiedad no es algo fijo sino que puede ir cambiando, ya que todas las emociones son dinámicas y dependen de una serie de factores. Es decir, tenemos la oportunidad, a veces con un poco de ayuda profesional, de poder manejar nuestros síntomas ansiosos y el malestar que nos
genera para no siempre sentirnos así.
El problema, es que a veces nos cuesta identificar cuando nos sentimos ansiosos o angustiados. Puede ser de ayuda conocer los síntomas más comunes que se asocian con este estado afectivo:
- A nivel físico: sentir el pecho apretado, que te falta el aire, que el corazón te late de manera muy acelerada, dolor de estomago.
- A nivel psicológico: te puedes sentir muy inquieto, como con una preocupación excesiva o incluso a veces sentirte en peligro, y estar demasiado alerta al entorno, pensando que algo malo va a suceder.
- A nivel social: sentir que te cuesta iniciar o mantener una conversación, o bien tener demasiada dificultad al momento de expresar opiniones, exponer un trabajo o interactuar en contextos sociales de muchas personas. Se te puede quebrar la voz, perder el hilo de lo que estabas diciendo, y te puedes costar mantener la atención y concentración.
Es importante saber que cada quien vive la ansiedad de manera particular. Algunos se identifican con todos los síntomas expuestos, y otras personas solo experimentan algunos de ellos. La frecuencia e intensidad de lo mismos también varia en cada persona y según cada situación.
Como todo el rango de emociones humanas, la ansiedad es un estado normal, ya que en ciertas situaciones puede ser una gran herramienta. Por ejemplo, si estamos en una situación de posible peligro, el ponernos alertas, nerviosos, etc., se entiende como una reacción natural de alarma frente a un riesgo del cual hay que activarse y movilizarse lo antes posible. O por ejemplo, cuando tienes un examen final al día siguiente, probablemente la ansiedad te ayudará a estar concentrado
estudiando por periodos de tiempo más prolongados. En estos casos, la ansiedad es una respuesta esperable y adaptativa. Pero, cuando la sensación de angustia se vuelve una sensación permanente, independiente de si ocurren situaciones o no que la gatillen, cuando tiñe todas las áreas de tu vida (tu trabajo, tus estudios, tus relaciones familiares y sociales, etc.), y cuando te genera un malestar significativo y las estrategias que antes usabas para calmarte ya no te funcionan, es entonces momento de pedir ayuda profesional ya la ansiedad se esta vuelto una reacción desadaptativa, es decir, que no te está trayendo beneficios en tu funcionamiento ni en tus relaciones interpersonales.
Por Nicole Dimonte B.